Una de las afecciones limitantes más importantes en perros es, junto con la Displasia de Cadera, la Displasia de Codo que, a pesar de haber tenido un menor impacto mediático que la primera, está, en realidad, mucho más extendida y en la casi totalidad de los casos en los que aparece es causa de sufrimiento y dificultades para la vida normal en los perros afectados.
Desde hace años, el diagnóstico radiográfico ha sido la mejor herramienta de prevención de la enfermedad.
Tal vez el método de puntuación más conocido es el de la BVA (Asociación Veterinaria Británica) que establece una gradación del 0 (perfecto) al 3 (muy grave).
La BVA, cuando estableció su protocolo diagnóstico en 1998, siguiendo las directrices imperantes a nivel internacional, fijó como norma la recomendación de no criar con perros con valoraciones de 2 o 3, hacerlo libremente con grados 0 y con precaución con grados 1.
Actualmente, despues de años de utilización de este sistema y dado que es evidente la naturaleza progresiva de la Displasia de Codo, muchos de los que en el momento del diagnóstico presentaban un grado 1, con el tiempo iban evolucionando hacía estadíos más avanzados, llegando a grado 2 o 3 en pocos años, a pesar de que, según su certificado, eran perros aceptables para la cría.
Ahora, la Asociación Veterinaria Británica (BVA) ha revisado sus recomendaciones y pide que sólo se usen para la cría los ejemplares con grado cero (0) en ambos codos. De esta manera se espera poder reducir de una manera más efectiva la incidencia de la afección que, a pesar del establecimiento de controles hace 15 años en el Reino Unido, no ha dejado de aumentar.
El Kenel Club ha asumido como suya la recomendación de la BVA, tal y como ha dado a conocer a los diferentes medios de comunicación su Secretaria General Caroline Kisco. Según Mrs. Kisco, el seguimiento de estas nuevas recomendaciones ayudará a reducir la incidencia de la afección y es una muestra más de la preocupación del Kennel Club por el desarrollo y la salud de los perros de raza.