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Los perros ladran, de la misma forma que los pájaros cantan o los niños gritan. Es algo consustancial a su propia naturaleza. Pero cuando dicha conducta se da en exceso puede llegar a convertirse en un problema, especialmente para aquellas personas que viven rodeados de vecinos, no siempre muy amigos de los perros y, lógicamente, casi siempre celosos de la tranquilidad de su propia casa.
Es importante saber, cuando nos enfrentamos a un caso de ladridos excesivos, el motivo que produce esta conducta, como primer paso para intentar corregirla.
Los perros ladran porque es su forma primaria de comunicación vocal. Todavía, que se sepa, no han aprendido a utilizar el What’sUpp.
El ladrido puede tener diferentes significados en función de la situación en la que se produzca. A saber:
– Territorial: Los perros son animales territoriales con un instinto natural de protección. Cuando algo o alguien desconocido entra en lo que consideran su territorio es normal que se responda con ladridos, que pueden ser de aviso o de intimidación. Algunos perros se pueden mostrar bastante agresivos en su papel de defensa del territorio.
– Miedo: Muchos perros reaccionan con ladridos ante una situación que les descoloca. Miedo no significa necesariamente pánico. Puede tratarse también de sorpresa o de susto ante algo inesperado.
– Aburrimiento: La soledad es uno de los grandes problemas de muchos perros de familia actuales. El ritmo de trabajo y las obligaciones cotidianas de sus dueños les hacen pasar muchas horas sólos, lo que deriva en una sensación de aislamiento y en un aburrimiento que incita a buscar un comportamiento alternativo que lo remedie. Hay perros que se dedican a excavar en el jardín, hay perros que muerden piedras, hay perros que rompen cualquier cosa que quede a su alcance y, si, hay perros que ladran sinparar.
– Alegría/Juego: Hay personas que cantan cuando están contentas o que no pueden reprimir los deseos de gritar cuando, por ejemplo, su equipo de fútbol marca un gol. De la misma manera, hay perros que ladran cuando la alegría les desborda o cuando la excitación por el juego se vuelve incontrolable. Cabe decir que este tipo de ladridos suele ser el más llevadero y divertido de todos.
– Demanda de atención: El perro, por naturaleza, es bastante acomodaticio y se termina amoldando a las costumbres de sus dueños. A pesar de todo, en determinadas circunstancias puede requerir de la atención de quienes le rodean por algún hecho puntual: salir a la calle, necesidad de hacer… algo, ganas de jugar, pedir comida, etc… y es normal que dicha atención se pida ladrando.
– Ladrido compulsivo: Uno de los procesos de alteración de la conducta más habituales en los perros modernos es el de ansiedad por separación. Suele darse en esos perros que están solos la mayor parte del tiempo. No todos lo asumen igual y, por eso, los hay que desarrollan un ladrido como mecanismo de respuesta. Estos perros ladran por una mezcla de varios de los factores que hemos visto. Se sienten solos, aburridos, pero también en cierto modo asustados. Es posible que los perros con este problema ladren sin parar cuando se les deja solos, pero también, de forma más ostentosa incluso, cuando perciben que se les va a dejar solos e incluso en ocasiones cuando ya estamos con ellos en casa, pero quieren seguir demandando la atención de ese dueño que le abandona tan a menudo.
(Próximo Capítulo: Los perros ladran (2) Tratar el ladrido excesivo)