Cachorros de Bulldog Francés

El Bulldog Francés es una de las razas de moda en muchos países del mundo.

Por su aspecto físico, su tamaño y su temperamento, el “frenchie” se ha convertido en una de las mayores celebridades del mundo del perro.

Por eso, antes de comprar un cachorro de Bulldog Francés, es muy importante tener en cuenta una serie de consejos prácticos.

 

Antes de comprar

La compra de un cachorro de Bulldog Francés, como de cualquier otra raza, no debe obedecer a un impulso, un capricho o la influencia de la moda. Adquirir un perro supone tomar una serie de responsabilidades durante un largo periodo de tiempo y, habitualmente, significa un importante cambio en la vida de cualquier persona o familia.

Es muy importante intentar leer todo lo que sea posible acerca de la raza, hablar con criadores y con otros propietarios y, en definitiva, estar seguros de que el Bulldog Francés es la raza de perro más adecuada para nuestra personalidad y estilo de vida.

 

Un cachorro sano

Lo más importante es adquirir un cachorro de Bulldog Francés sano y equilibrado, que proceda de un criador concienciado con los problemas de la raza y que haya hecho un cruce meditado, buscando la evolución y la mejora de esta magnífica raza canina, no sólo buscando el beneficio económico de la raza de moda.

Un criador responsable aceptará encantado mostrar a los cachorros de Bulldog Francés para que veamos cómo se han criado, su ambiente, su estado de socialización y su carácter. También tendrá disponible todo lo relativo a sus exámenes veterinarios, vacunaciones, desparasitaciones, pautas de alimentación y pruebas de salud realizadas a los padres.

 

Madre no hay más que una

El futuro propietario de un cachorro de Bulldog Francés debe tener siempre la posibilidad de ver a la madre de su perrito. Es posible que el padre no esté siempre disponible, porque no sea del criador, pero se le puede pedir al mismo que nos muestre alguna foto o vídeo, si lo tuviera.

Las personas que opten por comprar su cachorro de Bulldog Francés en una tienda, deberían tener la misma posibilidad de conocer cómo son los padres y todos los detalles acerca del origen de su perro. Existen comercios muy responsables y concienciados, pero el hecho de no poder ver a nuestro cachorro de Bulldog Francés con su madre y/o sus hermanos supone un hándicap que es preciso valorar si merece la pena asumir.

 

Los hijos no se compran por catálogo

Si, es cierto, un perro no es un hijo, pero la adquisición de un cachorro, sea de Bulldog Francés o de cualquier otra raza, supone una decisión que afectará a la familia, no sólo los años que el perro viva con ellos, que pueden ser hasta 15 o más, sino probablemente toda la vida, porque su recuerdo y las vivencias que pasemos junto a nuestro Bulldog Francés pasarán a formar parte de la historia familiar y porque, sin duda, será difícil que volvamos a estar alguna vez sin perro.

Por eso, a pesar de las excepciones que existen, es aconsejable comprar nuestro cachorro de Bulldog Francés con paciencia y con ciencia, es decir, haciendo las cosas bien: recabando información, buscando criadores, hablando con ellos, seleccionando los que nos parezcan más serios, visitándolos para ver sus ejemplares, sus instalaciones, su manera de entender la cría, su filosofía, etc… y sólo después tomando la decisión de optar por uno o por otro, fríamente y asumiendo, entre otras cosas, que es posible que elijamos al más caro y que, tal vez tengamos que esperar mucho tiempo hasta tener nuestro perrito.

 

Para gustos… ¿colores?

Es muy importante que, antes de adquirir un cachorro de Bulldog Francés, entre nuestros deberes a seguir esté el de aprender acerca de la raza, entre otras cosas leyendo su estándar oficial, una especie de retrato muy serio en el que se nos detalla cada uno de los puntos particulares de la raza y que puede leer AQUÍ.

Uno de los puntos controvertidos, debido a lo inconcreto y confuso que puede resultar el estándar, es el color de la raza. En general, se menciona como color principal el “Leonado”, ya sea uniforme o no, pudiendo ir acompañado de parches blancos de extensión variable. El color leonado va, según el estándar, desde el rojo hasta el café con leche (aunque no nos dice la proporción de leche…) y en el caso de ser atigrado, se complica aún más porque este matiz puede ser tan oscuro que parezca prácticamente negro o, de hecho, ser inexistente, como pasa en los perros totalmente blancos, a los que eufemísticamente se considera como “leonados atigrados con parches blancos muy extendidos”… y tanto!

Los criadores y aficionados de la raza utilizan una denominación alternativa para calificar los colores típicos del Bulldog Francés:

  • Leonados: Del rojo al café con leche (con mucha leche incluso) pudiendo tener parches blancos de extensión variable.
  • Atigrados: Color leonado de base mezclado con pelos más oscuros (atigrado) pudiendo llegar a ser tan oscuro que casi parezca negro, pudiendo tener parches blancos de extensión variable.
  • Pied: Color blanco de base, con parches leonados/atigrados de tamaño e intensidad variable.

 

En cualquier caso, hay determinados colores, algunos de los cuales se ofrecen como “colores de moda” o “nuevos colores”, que NUNCA deben ser considerados como típicos del Bulldog Francés: Azul, Chocolate, Lila, Mirlo, Negro y Fuego o la mezcla de estos con Blanco.

«Rocky»: el cachorro de Bulldog Francés saltarín

ENLACES:

– España: Asociación Española para el Fomento de la Raza Bulldog Francés

– Argentina: Club de Amigos del Bulldog Francés de Argentina

– México: Club Mexicano del Bulldog Francés

– Chile: Club Chileno del Bulldog Francés

– Inglaterra: French Bulldog Club of England

– USA: French Bulldog Club of America

– Canadá: French Bulldog Fanciers of Canada

– Francia: Club du Bouledogue Français

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