Westie: la diversión viste de blanco

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El Westie, denominación abreviada de West Highland White Terrier, antes de tomar su nombre definitivo recibió el de los diferentes lugares donde la raza se desarrolló. Primero fue el Terrier de Poltalloch y más tarde se le daría el sobrenombre de la finca del Duque de Argyll, uno de los primeros promotores de la raza, llamándose Terrier de Roseneath. El color es uno de sus signos distintivos y desde un principio fue una de las características que los primeros criadores quisieron fijar.

 

HISTORIA DE LA RAZA

El Westie, según la leyenda, es casi una creación  del Coronel Edward Donald Malcolm, de Poltalloch, Argyllshire, en las Tierras Altas escocesas, gran aficionado a la caza que practicaba acompañado por un numeroso grupo de perros de tipo terrier, probablemente Cairns o emparentados con estos.

Un día, uno de sus perros favoritos, de color rojizo, salió de repente de una zona de maleza y, confundiéndolo con un zorro, el Coronel le disparó acabando con su vida. Desde ese momento el coronel Malcolm empezó a seleccionar sólo los ejemplares más claros de cada camada a fin de no cometer de nuevo tan terrible equivocación y en pocos años todos los terriers de Poltalloch eran de un color entre el crema muy claro y el blanco.

Enseguida se empezaron a extender estos Cairn blancos entre los aficionados de la zona, siendo especialmente importante la labor de cría del Duque de Argyll que haría de estos perros el emblema de Roseneath. Lo cierto es que la cuestión del color supuso el empuje fundamental para la popularización del Westie en una tierra en la que abundaban razas similares. Muchos aficionados a la caza encontraron ciertamente práctico el poder distinguir sin problemas a sus perros de los zorros o tejones cuando salían de las madrigueras y empezaron a incorporar ejemplares de la raza en todas las fincas de las Tieras Altas.

Además de la caza, el Westie destacó desde el principio por su habilidad y utilidad en el control de las plagas de roedores y otras alimañas que acechaba granjas y ciudades, actuando en muchas ocasiones como vector de transmisión de enfermedades.

A finales del siglo XIX la raza estaba muy establecida y los criadores decidieron agruparse en 1906 y solicitar el reconocimiento oficial del Kennel Club. Ese mismo año la raza daría el salto a los Estados Unidos donde sería reconocida en 1908.

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CARACTERÍSTICAS DE LA RAZA

El Westie es un perro juguetón, alegre y resistente al que es relativamente fácil adiestrar. No obstante hay que reseñar que se trata de un animal independiente, que aunque adore a su familia y disfrute de su compañía, de vez en cuando gusta de hacer cosas por su cuenta o, simplemente, tomar un poco de distancia para quedarse sólo sin la compañía de nadie.

El Westie es un perro muy sociable. No existe ningún problema a la hora de relacionarlo con otras personas, incluso con extraños, lo que hace que, a pesar de su vivacidad y una cierta tendencia a ser algo ruidoso, el Westie no es la mejor elección para quien busca un perro de guarda.

Dotado de una extraordinaria autoconfianza, un valor inquebrantable y una voluntad que raya en muchas ocasiones en la obcecación, el Westie puede relacionarse bien con cualquier tipo de perro siempre que no se den problemas de lucha por la jerarquía o que cualquier otro perro, independientemente de su raza, trate de dominarlo.

Su relación con otros animales puede ser más problemática. Si se le acostumbra desde cachorro puede llegar a convivir e incluso jugar con gatos, ardillas, etc… pero no hay que olvidar que el primer criterio de selección de la raza fueron sus aptitudes y condiciones para la caza, por lo que es posible que, en alguna ocasión, un Westie intente dominar o cazar a un gato u otro tipo de animal, simplemente por diversión. Como casi todos los Terrier, el Westie necesita de una mano firme y constante en su educación y su propietario debe estar dispuesto a desempeñar el rol de líder de la manada. A pesar de todo no es un perro problemático y puede incluso ser una buena elección para propietarios novatos, siempre que tengan unos mínimos conocimientos o recurran al consejo y los servicios de algún profesional.

El Westie es un perro muy amistoso y su relación con todos los miembros de la familia es extraordinaria. Mantiene una complicidad especial con los niños, aunque se debe supervisar siempre la relación entre unos y otros pues los juegos de los niños pueden provocar en ocasiones una reacción imprevista en el Westie.

Al Westie le encanta la compañía y no es recomendable para aquellas personas que pasen todo el día fuera de casa y tengan que dejar a su perro a solas. En esas condiciones se pueden producir algunas alteraciones del temperamento, potenciando su afición por el ladrido, por hacer agujeros si vive en un jardín e incluso despertando un instinto destructivo que le puede llevar a terminar con todo cuanto se le ponga por delante.

También se producen alteraciones en el carácter del Westie cuando éste percibe que puede ocupar un rango superior en la manada, especialmente si se da cuenta de que su propietario no tiene la autoridad ni la firmeza necesarias para ser su líder. Un Westie consentido puede padecer con mucha facilidad el Síndrome del Perro Pequeño y manifestarlo con actitudes tiránicas, volviéndose exageradamente combativo con otros perros, potenciando su territorialidad dentro de la casa y llegando, incluso, a poder morder a los mimbros de la familia.

La mejor manera de mantener a un Westie sano y feliz, equilibrado física y mentalmente, es integrándolo plenamente en la vida familiar. Esta raza tiene pocos problemas a la hora de viajar y si se le acostumbra desde pequeño a pasar unas horas dentro de su caja de viaje se le podrá llevar a cualquier parte y facilitar su estancia en hoteles, en el coche, etc…

El Westie ha sufrido un cambio radical en la percepción que de él se tiene en general. De ser una raza de caza y de trabajo ha pasado a ser considerado casi exclusivamente como un perro de compañía, en muchas ocasiones tomado como perro de lujo, lo que no puede estar más lejos de la realidad. El Westie es un perro deportivo al que le encanta salir al campo y tomar parte en las actividades familiares. Si se le da la oportunidad demostrará su predisposición genética para la caza, pero si no, se le puede enrolar en otros deportes en los que encontrará una perfecta válvula de escape para sus necesidades físicas.

El Westie compite con gran notoriedad en muchos países en las versiones para peros pequeños de Agility, Flyball, Slalom, etc… También se le puede ver en campeonatos de Obediencia y es una de las razas más exitosas del grupo en las Exposiciones de Belleza. Por su temperamento y por la excelente afinidad que tiene con las personas, el Westie es también una raza ideal para ser utilizada como Perro de Terapia, trabajando igual de bien acompañando a niños con problemas, autistas, enfermos y personas ancianas. En algunos países se ha incluído la raza en programas de reinserción y reeducación en prisiones y centros de toxicómanos. Las razones para emplear esta raza son que, al tiempo que es un perro sociable, optimista y amistoso, sus requerimientos estéticos implican una obligación y el establecimiento de unas rutinas diarias constantes, algo muy favorable para aquellas personas que padecen de algún tipo de adicción o que necesitan dar un cambio radical a su propio comportamiento.

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