En los últimos días, la noticia más seguida por los criadores y aficionados a los perros de raza de nuestro país, ha sido el conocimiento del contenido de un Anteproyecto de Ley elaborado por el Ministerio de Agricultura para establecer la Normativa Básica sobre el Transporte y Tenencia Responsable de Perros y Gatos.
Dado que dicho anteproyecto entra en regular aspectos ya tratados en otras leyes, como la de Sanidad Animal, e incluso invade competencias transferidas a las administraciones locales y autonómicas, son muchos los que, en realidad, quieren ver un intento de regularizar un sector al que la Administración considera de importancia por su actividad económica, pero centrándose más en el control, seguramente con fines recaudatorios, que en la plasmación real de los problemas y necesidades que un gran número de aficionados viven de manera cotidiana.
En el mundo de la cinofilia o, para ser más exactos, en todo lo relativo a los animales de compañía y más concretamente a los perros, podemos advertir la existencia de diferentes cuerpos que, de una forma u otra, se articulan como lobbies para ejercer su particular presión sobre las autoridades competentes.
Por un lado tenemos a los veterinarios, que revestidos de la autoridad que les da su formación académica, parecen querer ocupar una posición de superioridad moral, sentando cátedra sobre todo aquello que toca, aunque sea tangencialmente, a su actividad.
Los veterinarios son, más que necesarios, imprescindibles para los verdaderos cinófilos y en ellos y en sus consejos profesionales apoyan éstos muchas de sus decisiones. No es, por tanto, de recibo, que los criadores se conviertan en demasiadas ocasiones en el centro de la diana a la que muchos veterinarios tiran sus dardos.
Pero aún más chirría un escrito de alegaciones y sugerencias dirigido a la Ministra de Agricultura y, aparentemente, elaborado en nombre del gremio de comerciantes de animales de compañía, que anda circulando por la red y que retrata a la práctica totalidad de criadores como «puppy farmers», aficionados sin formación y simples estafadores ávidos de ingresar dinero negro.
Mal vamos si nos dedicamos, entre todos los que tenemos interés en este mundillo y ante la inminente salida de una ley que nos afectará a todos, a tirarnos piedras unos contra otros, en lugar de buscar los puntos de consenso y hacer llegar al Ministerio de Agricultura la situación real de nuestro mundo y nuestras necesidades.
La RSCE, nuestro mejor portavoz
La Real Sociedad Canina de España lleva más de cien años, desde 1911, ocupándose de la cinofilia organizada en España, siendo la promoción, establecimiento y mejora de las razas caninas puras en nuestro país su objetivo principal, con especial fijación en nuestras razas autóctonas.
La RSCE, no sólo organiza actividades en torno al perro de raza y registra los nacimientos de perros de raza en su Libro de Orígenes (LOE) que sobrepasa ampliamente los dos millones de entradas, sino que además se preocupa de aspectos científicos y de salud y promueve la formación de cuantos tienen intereses relacionados con los perros.
Ahora, ante la salida del citado Anteproyecto, la RSCE quiere que la voz de los criadores sea escuchada y por ello les pide que envíen, a la mayor brevedad posible, sus alegaciones, propuestas y sugerencias en torno al articulado de la Normativa, para poder unificarlas y enviarlas a la Ministra de Agricultura.
Si todos los que tenemos interés y preocupación en el desarrollo de una ley que, bien hecha se antoja necesaria (imprescindible) pero mal hecha puede devenir en arbitraria e injusta, conseguiremos que nuestra voz sea más fuerte y mejor atendida, especialmente si la respalda una entidad como la Real Sociedad Canina de España, con suficiente empaque a nivel institucional como para ejercer como legítimo representante de los criadores, expositores y aficionados españoles.
Enhorabuena y gracias por la iniciativa.