Este año 2015 lo recordaremos por muchas cosas; sin embargo, en materia cinófila, una de las más relevantes será todo lo que sucedió con posterioridad a la designación de Shanghai como sede de la Exposición Mundial Canina de 2019, por parte de la Asamblea General de la F.C.I. reunida en Milán en Junio.
Todos recordarán la iniciativa tomada por parte de la Canina Central de Noruega (NKK) de posicionarse en contra de dicha elección, aludiendo como razón principal (y prácticamente única) la práctica aún existente en China del consumo humano de carne de perro y el bárbaro Festival anual de Yulin que en torno a dicha costumbre se realiza.
Las redes sociales se convirtieron en un hervidero de noticias, rumores y, por encima de todo, descalificaciones de unos hacia otros… y viceversa. Por un momento, los vientos de ruptura lo invadieron todo y se llegó a temer por una inminente escisión dentro de la F.C.I. La polémica se alimentó con otros aderezos, como fue el caso de la polémica sobre la atribución en los estándares de la F.C.I. de China como país de origen de las razas tibetanas y casi cualquier excusa empezó a servir con tal de atizar a la organización cinológica más importante del mundo, como se pudo ver cuando no se aminoraron las críticas a pesar de rectificar en el «caso Tibet».
Con motivo de la celebración de la Exposición Europea 2015 en Oslo, el NKK (Canina Central de Noruega) volvió a esgrimir todos sus argumentos y a posicionarse en contra de cualquier tipo de sanción que pudiese recibir por parte de la F.C.I. al haber sido apercibida de ello por mostrar públicamente su intención de promover el boicot contra otro de los miembros de la organización, en este caso China.
Esta vez, de manera pública y notoria, se deslizó también que lo que Noruega perseguía iba mucho más allá de una simple marcha atrás en la elección de Shanghai como sede de la Exposición Mundial, pues lo que se ponía en entredicho era la idoneidad del sistema de gobierno, elecciones, votaciones y asambleas por el que se regía la F.C.I. en el cual cada país miembro tenía exactamente el mismo peso y responsabilidad en la toma de decisiones, con independencia de su tamaño real y del de su cinofilia.
La reunión de la Sección Europea de la F.C.I. en Oslo fue bastante tensa, abundando en el clima pesado que todos los asistentes a una Europea salpicada de polémicas (recuerden el «affaire Shih Tzu») pudieron comprobar de primera mano.
En dicha asamblea la sangre, finalmente, no llegó al río, y se adoptaron distintas medidas, entre las que destacaba el envío a la F.C.I. de una serie de sugerencias encaminadas a estudiar los cambios que la organización debía abordar para garantizar su futuro y adecuarse a los tiempos y a la realidad de la cinofilia mundial.
El NKK hizo públicas las conclusiones de la reunión antes incluso de que la propia Sección Europea lo diese a conocer, lo que le valió nuevas críticas, especialmente porque lo que al parecer eran sugerencias y materia de estudio, se vendía como hechos consumados y logros conseguidos «gracias a» la actitud y la iniciativa de los noruegos.
En cualquier caso, lo que hasta el mes de Septiembre había sido una negra nube de ruptura parecía transformarse ahora en un cielo nuboso, pero con algunos claros y la perspectiva de llegar a acuerdos en beneficio de todos.
Con esta filosofía, el Comité General de la F.C.I., en su reunión de Zagreb de mediados de Noviembre, a propuesta de la petición aprobada por la Sección Europa de la FCI en Oslo, en septiembre del 2015, ha aprobado la creación de un grupo de trabajo encargado de discutir las propuestas de los miembros de pleno derecho de la FCI en el marco de la modernización de una federación que ya tiene 104 años, para presentarlas a votación en la Asamblea General de la FCI. Este Grupo Trabajo FCI está compuesto por personas de gran experiencia y del más alto nivel dentro de la cinofilia internacional, por lo que es de esperar que sus conclusiones sean adecuadas para garantizar, no sólo el mantenimiento de la FCI en el futuro, sino su crecimiento y expansión, tal y como ha venido sucediendo a lo largo del último siglo.