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No se trata de tener un perro en plantilla, pero si es cierto que en determinados trabajos puede ser perfectamente factible permitir que los empleados acudan a su puesto con su mascota más querida.
Año tras año una de las empresas que encabeza los ránking de “mejores lugares donde trabajar” es el gigante de internet Google. Es habitual ver reportajes sobre sus oficinas en todo el mundo donde se puede ver a los empleados acudiendo con sus bicis hasta la mesa de trabajo, haciendo pausas para tirar unas canastas, trabajando con sus portátiles en la cafetería o, simplemente, teniendo a sus pies a su perro o a su gato durante las horas de trabajo.
Joshua Large, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad EAFIT, de Medellín, Colombia, es el autor de un estudio en el que se justifican los beneficios de los perros en el trabajo.
Las conclusiones fundamentales de dicho estudio son que los perros mejoran la salud física y psicológica de sus dueños y contagian a los compañeros con los que comparten oficina.
Además, hacen que las relaciones entre los diferentes miembros de los equipos de trabajo mejoren, facilitando la conexión entre ellos y los deseos de cooperar. El hecho de tener un perro en la oficina genera una subida de la confianza entre los colaboradores. Es un hecho probado que las personas que tienen mascotas obtienen siempre una puntuación mayor en las escalas de percepción de confianza interpersonal con respecto a las que no las tienen.
Otro resultado curioso del estudio y que no debería ser despreciado por los departamentos de Recursos Humanos (¿caninos también, no?) es que el hecho de dejar tener perros en la empresa genera una mejor reputación de marca y hace que la posibilidad de tener mejores empleados crezca.
Los perros transmiten una imagen de solidez, seguridad y diversión y son, además, un potente símbolo de marca, además de ejercer un fuerte atractivo para empleados, clientes y consumidores.
Otra de las conclusiones del estudio de la EAFIT que muchos ya sospechábamos, es que los perros reducen el estrés y, al tiempo, aumentan la creatividad y la interactividad de los trabajadores. Sinceramente, no se a que esperan para poner un perro