El Chihuahua está considerado, a pesar de que existen perros de similar tamaño, especialmente en el imaginario popular, como el más pequeño de entre todos los existentes en el mundo. Desde hace muchísimos años ésta ha sido una de las causas principales de su fama y notoriedad, habiéndole dado un protagonismo mediático por encima de muchas otras razas caninas populares. La estampa de un Chihuahua en brazos de su dueño, habitualmente un personaje famoso, metido dentro de un bolso e incluso en el bolsillo de la chaqueta del músico catalán Xavier Cugat, forman parte de la iconografía de la raza y son la causa de su creciente popularidad y de que la demanda de cachorros de Chihuahua no haya decaído ni en los momentos más difíciles.
En cuanto a sus orígenes, no cabe duda de su gran antigüedad, pero tanto la datación exacta de los mismos como el proceso de selección que llevó hasta el pequeño y bravo perro mexicano son ciertamente confusos.
Una de las teorías más extendidas habla de su origen derivado de un perro llamado Techichi, que fue criado por los antecesores de los Aztecas, los Toltecas, habitantes de las regiones centrales de México. La existencia de una raza pequeña y de pelo largo está corroborada por algunos grabados aparecidos en los restos de las pirámides toltecas de Cholula, así como otras reproducciones de este tipo de perros de pequeño tamaño aparecidas en las ruinas de la ciudad maya-tolteca de Chichen Itza, en la península de Yucatán.
Los aztecas no eran un pueblo muy dado a la posesión de animales, aunque si estaban acostumbrados a hacerse acompañar de pequeños perros e incluso de algunos animales que hacían la suerte de mascotas, como unos pequeños mapaches e incluso zorritos, pero por razones desconocidas dichos animales no permanecieron con los conquistadores ni se tienen muchas referencias de ellos hasta que en las exploraciones arqueológicas de mitad del siglo XIX empiezan a aparecer de nuevo representaciones de dichos perros en tallas, cerámicas y grabados en piedra. Curiosamente, los perros representados guardan una gran similitud con un tipo de perrito miniatura que los campesinos de la zona de Casas Grandes venden a los turistas norteamericanos. Sería, de hecho, en los Estados Unidos, donde la raza empezaría a ser seleccionada con criterios puramente cinófilos y se le bautizaría con el nombre de la región mexicana de donde procedían la mayoría de los perros comprados por los estadounidenses.
Existen otras teorías acerca de un posible origen europeo del Chihuahua y que hablan de pequeños perros procedentes de Malta y que habrían llegado a América junto a los conquistadores. No cabe duda de que los españoles llevaron hasta México a sus perros y que éstos se mezclarían con las razas locales, pero los restos arqueológicos precolombinos hablan por si sólos de la existencia de estos pequeños animales. Su aspecto no era exactamente igual al del actual Chihuahua, probablemente por la influencia de otras razas y por la falta de selección basada en unos criterios concretos.
Los primeros Chihuahuas inscritos oficialmente en un libro genealógico lo fueron en 1904 por el American Kennel Club y eran el fruto de años de selección encaminados a conseguir una raza de mínimo tamaño pero con un espíritu y un corazón mucho mayor que su propio cuerpo. Evidentemente la raza mantiene una estrecha vinculación con México y la FCI le concede el patronazgo de su estándar, pero lo cierto es que, tal y como la conocemos actualmente, el Chihuahua debe su selección y su pervivencia al trabajo realizado por los criadores de los Estados Unidos entre finales del siglo XIX y principios del XX.
En 1923 se fundó el Club estadounidense de la raza. Desde un principio aparecieron ejemplares de dos variedades de pelo: corto y largo, aunque se les mezclaba entre si y no se daba una gran importancia al asunto. En cambio, entre los años veinte y cincuenta del siglo XX se criaba predominantemente la variedad de pelo corto dado que su demanda era infinitamente mayor, dejando un poco de lado a la de pelo largo, que no adquirió verdadera importancia hasta la segunda mitad del siglo, aunque aún hoy su tipo sigue estando menos fijado.
A pesar de que esporádicamente aparecían algunos ejemplares, ligados sobre todo a personajes famosos o que trascendían por ser propiedad de celebridades del cine norteamericano, la raza no llega con fuerza a Europa hasta después de la Segunda Guerra Mundial, de la mano de los miles de familias de militares que vinieron al continente para vivir en las bases establecidas por los Estados Unidos en diferentes países.
Tal vez por su apariencia, o por la imagen que del Chihuahua se tiene a nivel popular, siempre en brazos de una señora, protegido, metido en un bolso o vestido con ridículos abriguitos, para muchas personas esta raza no parece realmente un perro, pero lo cierto es que están muy equivocados ya que, bajo esa apariencia frágil y vulnerable se esconde todo un perro, desde la nariz hasta la punta de la cola. De hecho, aunque se le ha tenido siempre como perro estrictamente de compañía, en Chihuahua es un animal muy seguro de si mismo, echado para adelante y con una capacidad de actividad muy por encima de lo que su tamaño aventura. Sus incondicionales dicen que se trata de un perro gigante metido en un traje en miniatura y tal vez ese temperamento es el que le hace ser absolutamente inconsciente de la medida de sus fuerzas, no teniendo problemas en plantar cara a perros de razas mucho mayores en tamaño y fuerza.
En los primeros años de popularidad de la raza, coincidiendo con el final de la Segunda Guerra Mundial y la generalización de la cultura norteamericana como reflejo de libertad y modernidad, el Chihuahua se convirtió en objeto de deseo por parte de muchos aficionados y la crianza estaba basada casi exclusivamente en criterios estéticos, buscándose ejemplares cada vez más pequeños, capaces de causar el asombro de quienes lo veían. Sólo cuando la raza ya estaba extendida y gozaba de una inmensa popularidad, los criadores empezaron a preocuparse por el temperamento y a seleccionar también sus ejemplares con criterios conductuales, no sólo estéticos, además de iniciar una selección para erradicar algunos problemas que se habían obviado en los años anteriories.
Según el estándar oficial de la raza, el Chihuahua debe ser alegre, confiado e inteligente y en la actualidad es cada vez más común ver este tipo de comportamiento en los ejemplares de la raza, siendo cada vez menos comunes los Chihuahuas tímidos, huidizos y con respuestas de agresión por miedo ante cualquier situación que escape un poco a su control.
Este temperamento que los ingleses llaman “espirituoso” no significa que la raza sea espontánea por naturaleza ya que tiende a mostrar cierta cautela, pero que nunca debe confundirse con el miedo. El Chihuahua observa, analiza la situación, valora y entonces decide si quiere ser amigo o no de aquellos con quienes se encuentra. Esta es una de las razones que explica que los Chihuahuas jóvenes no se muestren todo lo seguros de si mismos que uno puede esperar cuando afrontan una situación desconocida y que hace necesario que la labor de socialización se inicie de forma intensa y continuada desde que el perro es un cachorro de pocas semanas de edad.
El Chihuahua es un buen compañero, divertido, cariñoso, atrevido y muy aventurero. Pueden resultar un tanto testarudos, son posesivos e intentan salirse con la suya, por lo que necesitan un dueño que no sucumba a sus encantos y que imponga una cierta disciplina, siempre basada en el refuerzo positivo, pero aplicada de forma inquebrantable. Esto no significa que el Chihuahua no sea un perro apropiado para dueños inexpertos, todo lo contrario. Es una raza fácil de tener y de mantener y no debe estribar mayor dificultad su educación con un poco de perseverancia que si es apoyada por el consejo experto de un profesional dará más y mejores frutos.
Un Chihuahua que perciba en su dueño a un líder sólido le entregará no sólo su cariño sino una absoluta confianza. Prueba de ello es su reacción ante la presencia de extraños, buscando de inmediato el cobijo de su amo y observando con cautela al visitante, a quien terminará acercándose con confianza una vez superada la fase de presentación.
El Chihuahua es un perro chulo en potencia. A pesar de su tamaño le gusta hacerse notar y ladra a todo aquel que se mueve a su alrededor y se pavonea inconsciente del alcance de sus propias fuerzas. Esta actitud dominante se puede ver exacerbada cuando estamos ante un perro que no se somete a una disciplina regulada. En este caso, puede incluso que llegue a intentar morder a los niños o a las personas que llegan a casa, afortunadamente siempre sin consecuencias más allá de las lógicas molestias que dicha actitud produce.
Es importante concienciar a los propietarios de un Chihuahua de que su perro, a pesar de tener un tamaño pequeño, no es un eterno cachorro y no se le pueden perdonar determinadas acciones por cómicas que resulten. Un gran porcentaje de los trastornos del comportamiento en cualquier raza canina es debido a un manejo defectuoso por culpa de sus dueños. Los perros son animales jerárquicos y sociales y tienden a buscar su sitio en la manada, pero no son idiotas, por lo que aprovecharán cualquier concesión para ocupar el lugar más alto posible dentro del escalafón.
Con razas grandes, fuertes, de guarda, etc… las personas parecen muy concienciadas acerca de la necesidad de educarlas y trabajar con ellas correctamente, pero con las razas más pequeñas, como el Chihuahua, todo se perdona, todo se pasa por alto hasta que se llega a un punto en el que el comportamiento posesivo del perro es tal que resulta muy difícil la convivencia con el mismo.
Los Chihuahuas tienen fama de ruidosos y de gruñones, pero en realidad se trata de una respuesta condicionada al tratamiento que han recibido durante todo el proceso de formación de su temperamento.
La relación del Chihuahua con los niños es bastante buena, pero es necesario potenciar, además de la educación del perro, tal y como ya se ha dicho, la de los propios niños que deben ser conscientes del desequilibrio de fuerzas existentes entre ellos y su perro y han de aprender de que manera se le debe tratar para no provocarle ningún daño.
Con otros perros, e incluso con animales de otras especies, el Chihuahua se muestra dominante y posesivo, no consintiendo duda alguna acerca de su jerarquía, circunstancia que puede ser una fuente segura de problemas. Hay que ser muy cuidadoso a la hora de dejar al Chihuahua a solas con otro perro, especialmente si no se le conoce o si da muestras de ser igualmente dominante.
Otra de las circunstancias que suelen ocurrir con los Chihuahuas es que se suele descuidar el ejercicio diario que deben realizar. Para algunos, al tratarse de un animal de pequeño tamaño, el Chihuahua tiene más que suficiente con el ejercicio que hace por la casa, pero eso no es cierto. Todos los perros tienden a ralentizar su ritmo de vida cuando están dentro de casa, por lo que es difícil que realicen el ejercicio necesario si apenas salen a la calle. Además, los paseos diarios son también la oportunidad perfecta para relacionarse con otros perros, ver gente y situaciones nuevas y potenciar una socialización nunca suficientemente ponderada en la raza. Un Chihuahua físicamente desequilibrado se convierte en un perro inestable, irascible, ruidoso e incluso mordedor, en tanto que un perro en forma física y mentalmente, se hace un perro mucho más calmado, seguro de si mismo, alegre, sano y preparado para cualquier situación.
SALUD, ALIMENTACIÓN E HIGIENE
El Chihuahua es un perro longevo, que sobrepasa con facilidad los quince años de edad y que no debe tener graves problemas de salud en circunstancias normales. No obstante, debido en gran parte a su morfología, la raza está expuesta a algunas afecciones, aunque muchas de ellas son evitables con una crianza y selección correcta y responsable.
La cabeza del Chihuahua es muy característica. Es una raza braquicefálica y tiene un cráneo comparativamente grande en relación a su cuerpo. En muchas ocasiones se ven ejemplares con la cabeza demasiado redonda, muy grande y con evidentes signos de enanismo. Se pueden dar casos frecuentes de hidrocefalia y es muy habitual que este tipo de perros tengan la mollera o fontanela abierta, no soldada, con los problemas que dicha circunstancia puede acarrear.
Los signos de enanismo en los Chihuahuas son claros. Suelen llevar consigo también problemas de ojos, demasiado grandes, saltones, llorosos, afectados de queratitis o con problemas de párpados, así como de boca, por falta o mala colocación de piezas, ausencia o escasez de maxilar inferior, etc…
Todos estos porblemas se derivan de la obsesión de criar perros cada vez más pequeños, por lo que todo criador responsable debe trabajar por tener Chihuahuas del tamaño correcto, sanos, felices y con el temperamento típico de la raza.
Otra enfermedad habitual es la luxación de rodilla, muy común en las razas pequeñas y también se dan con frecuencia casos de alergias cutáneas, especialmente en los individuos de pelaje más claro.
A los Chihuahuas les suele gustar comer con fruición y tienen una gran tendencia a engordar. Como sucede con otras razas de compañía y de tamaño pequeño, muchos propietarios de Chihuahuas tienden a olvidar que su perro también necesita hacer ejercicio para mantenerse en forma. El sobrepeso aumenta la incidencia de los problemas respiratorios e incrementa exponencialmente las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, articulares, etc… El mejor consejo de salud para un Chihuahua es mantenerlo en el peso adecuado utilizando un alimento equilibrado y sano y someterlo a las dosis de ejercicio adecuadas a su edad y condición.
La mejor estrategia de salud para el propietario de un Chihuahua es actuar de manera preventiva, acudiendo con regularidad al veterinario para cumplimentar los pertinentes programas de vacunación y las revacunaciones anuales contra las enfermedades más comunes o contra otras de carácter estacional u obligadas por ley, como sucede con la rabia. Todo programa de vacunación debe estar complementado con otro de desparasitaciones internas y externas que actúen contra las infestaciones parasitarias que pueden servir como vectores de enfermedades muy serias o que pueden provocar la inefectividad de las vacunas al reducir la respuesta del sistema inmunitario a las mismas.
El veterinario, además, será el encargado de revisar el estado de la boca, ojos, oídos y piel, además de llevar un estricto control de la evolución del peso del Chihuahua en las diferentes etapas de su vida.
Es muy importante procurar al Chihuahua una alimentación rica en nutrientes que mantengan en forma su musculatura y que proporcionen el nivel de grasas necesarios para su piel, pelo, ojos, etc… Lo fundamental es evitar, en la medida de lo posible, que esté obeso.
El Chihuahua no necesita de grandes cuidados estéticos, por lo que un cepillado semanal ayudará a eliminar el pelo muerto y mantener el manto en condiciones. Es posible que los ejemplares de pelo largo necesiten algo más de cuidado, especialmente durante la época de la muda.
Se le bañará cuando esté realmente sucio, con cuidado de secarlo muy bien y no dejarle húmedo a la intemperie y se aprovechará el momento del baño para revisar el estado de las glándulas anales y para cortarle las uñas, con mucho cuidado de no llegar a la parte carnosa.
CRIADORES
EN BREVE
CHIHUAHUA
ORIGEN: México
Nº FCI: 218
GRUPO: FCI: Grupo 9 Sección 6, Chihuahueños, KC: Grupo Toy AKC: Grupo Toy
TALLA: De 16 a 20 cms.
PESO: De 1 a 3 kilos.
PELO: Pelo corto: apretado y liso; Pelo largo: sedoso
ENERGÍA: Alta
TEMPERAMENTO: Valiente, posesivo y activo.
ADAPTABILIDAD: Alta
SOCIABILIDAD: Alta
SALUD: Buena
LONGEVIDAD: Alta (De 12 a 15 años)
UTILIDAD: Compañía.