La historia del Bichón Maltés está a medio camino entre la realidad y la leyenda.
No se conoce su origen con exactitud. Charles Darwin hablaba de una antigüedad de más de ocho mil años, viniendo de un perro de tipo spitz pequeño, utilizado para la caza en las regiones del Sur de Europa.
El Mediterráneo fue siempre una zona en ebullición, abierta a expediciones, invasiones, guerras y comercio. Esto conllevó el tránsito de todo tipo de perros de una ribera a otra, pudiendo llegar los primitivos malteses a las islas del Mediterráneo, al Norte de África y a Asia.
En cualquier caso, el origen exacto de la raza es una incógnita y los que defienden su italianidad nombran como ciudad de origen a la antigua Melita, de donde vendría, primero, el término “Melités” y posteriormente “Maltés”.
El nombre de la raza ha cambiado a lo largo de los años, habiendo sido conocido como Perro de Melita, Antiguo Perro de Malta, Terrier de Malta, Perro Romano de las Damas, Bichón, Caballero Español, Perro León de Malta y, finalmente, Maltés o Bichón Maltés.
Los Malteses llegan a Inglaterra durante el reinado de Enrique VIII, seguramente el iniciador de la pasión por la cinofilia de la realeza británica. Isabel I los puso en el candelero al convertir a algunos en sus perros favoritos, con la consiguiente aceptación por parte de la aristocracia.
A mediados del siglo XIX la raza estaba establecida como uno de los perros de compañía favoritos en el Reino Unido, siendo uno de los primeros perros en participar en las recién nacidas exposiciones caninas.
A pesar de su origen, fue Inglaterra el país que sirvió para establecer una base sólida, homogénea y estable a partir de la cual garantizar la pervivencia y expansión de la raza. De allí saldrían ejemplares para todas partes del mundo.
A finales del XIX llegan los primeros Bichón Maltés a los Estados Unidos, causando un gran impacto entre aficionados y criadores.
CARÁCTER
El Bichón Maltés es un perro juguetón, vivo y con mucha personalidad. Es amable y cariñoso y muy apegado a sus dueños. Muy inteligente, es muy fácil de adiestrar y, como sucede con otras razas de compañía, el Maltés tiene un gran instinto de guarda, estando alerta en todo momento y avisando con su ladrido ante cualquier presencia inesperada.
El Bichón Maltés es un perro de compañía y así ha sido seleccionado a lo largo de muchos siglos. Le gusta estar con su familia y dar y recibir el cariño de sus dueños. Su relación con otros perros es bastante buena.
Apesar de su aspecto inmaculado, hermoso, pequeño y lujoso, al Bichón Maltés le encanta jugar, saltar y correr al aire libre. Su felicidad absoluta es estar en compañía de los suyos y compartir las actividades diarias con ellos.
El Bichón Maltés no es un perro de perrera ni está preparado para pasar muchas horas al día en solitario.
El Bichón Maltés es un perro adecuado para todo tipo de familias, siendo una elección excelente para propietarios sin experiencia y para personas mayores. Las razas de compañía, en general, no necesitan hacer mucho ejercicio, pero no se debe caer en el error de pensar que no necesitan hacer ninguno.
La familia ideal para un Bichón Maltés es la que se implique en su educación y le de un sentido a su vida diaria, más allá de convertirlo en objeto de admiración. El Bichón Maltés es un perro llamativo, pero no es un perro ocioso al que le guste pasarse la vida tumbado, sino que necesita hacer cosas para ser feliz.
Un Bichón Maltés aburrido se puede convertir en un perro ruidoso y testarudo.
