Oporto: 48 horas

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Oporto está llena del sabor de las ciudades con tradición, historia y un punto de decadencia que no hace sino aumentar su encanto y su prestigio.

Viajar a Portugal siempre es buena idea. Son nuestros vecinos más próximos, con los que compartimos una larguísima frontera.

Oporto está a menos de 150 kilómetros de Vigo y a poco más de 500 de Madrid, por lo que una de las mejores formas de llegar, especialmente si vamos con nuestro perro, es en coche.

Aunque el núcleo urbano Oporto tiene una población de cerca de 250,000 habitantes, el área metropolitana se eleva hasta más de 1,800,000.

Los orígenes de Oporto son los de nuestra nación vecina. La leyenda cuenta que uno de los Argonautas griegos, Cale, se asentó en la zona, dando nombre a un pequeño poblado. Este lugar, tras varias invasiones y conquistas, sería renombrado como Portus Cale, lo que derivaría en el nombre Portocale que sería, a la postre, origen del nombre de Portugal y del de la propia ciudad de Porto, Oporto para nosotros.

Otro de los rasgos comunes a las dos ciudades más importantes de Portugal y que las hermanan aún más con nuestro país, es su situación en la desembocadura de dos de nuestros ríos más importantes, Lisboa en la del Tajo y Oporto en la del Duero. El tramo del Duero portugués es otra ruta que bien merece un viaje monográfico y, por supuesto, un artículo aparte.

Como sucede con Lisboa, Oporto tiene una fisonomía especial, al estar construída sobre las colinas que jalonan al río en su llegada al mar. Abundan, por ello, puentes, terrazas, empinadas cuestas, viejos tranvías y funiculares.

Algunos de los puentes más populares de la ciudad son los de Arrabida, Luiz I, Maria II, das Barcas, Maria Pia y del Infante. El Puente de Maria Pia tiene una estructura metálica que a muchos resultará familiar. Fue construido por la empresa del ingeniero francés Gustav Eiffel y fue el primer puente ferroviario del país.

 

Moverse por Oporto

La mejor elección para moverse por la ciudad es el transporte público. El tráfico es bastante pesado y puede ser difícil encontrar donde aparcar. Oporto cuenta con líneas de Metro, Tranvía, Autobuses y Funiculares, por lo que el turista encontrará siempre la mejor alternativa para llegar hasta el lugar deseado. De todas formas, la mejor recomendación para el visitante de Oporto es recorrer la ciudad andando, disfrutando de sus calles y rincones, con paseos tan maravillosos como el de la Ribeira del Duero o el Mercado do Bolhao.

La Plaza de la Libertad es el centro neurálgico de la ciudad, siempre llena de vida y de donde sale una de las calles más famosas, la Avenida de los Aliados.

Una opción interesante para el turista es adquirir la PortoCard. Con ella se obtienen entradas gratis para muchos museos y monumentos, grandes descuentos para otros y se puede incluir todo el transporte público o no, a elección del viajero.

 

Museos y monumentos

El Museo Soares de Rei es el más antiguo de la ciudad y uno de los mejores de Portugal, con una excelente colección permanente. Si queremos disfrutar del Arte Contemporáneo, la mejor elección es el Museo de la Fundación Serralves. Otras opciones curiosas son el Museo de los Tranvías, el Militar y el Romántico.

Oporto está llena de cosas interesantes para ver. Algunos de los monumentos más destacados son la Catedral de la ciudad, la Torre de los Clérigos, que proporciona las mejores vistas de la ciudad, el Palacio de la Bolsa, punto de reunión de muchos visitantes, la Estación de San Benito, la Iglesia de San Francisco o la ultramoderna Casa de la Música, construída con motivo de la capitalidad cultural europea de la ciudad en 2001.

 

 

Gastronomía

El plato típico de la ciudad es la “Tripa al estilo de Oporto”, originado cuando en 1415 la ciudad entregó todas sus existencias de carne al ejército que preparaba la conquista de Ceuta, quedándose sólo con las tripas. De ahí que a los naturales de Oporto se les llame en Portugal “tripeiros”. Este plato es parecido a los típicos callos españoles y hará las delicias de quienes sean aficionados a ellos.

Para quien no tenga ánimo de probar las tripas, otro plato típico es el Bacalao a la Gómez Sa, preparado al horno con patatas, cebolla, ajo y huevo duro. También son típicas las Francesinhas, un tipo de sándwich relleno de varios tipos de carne y cubierto con una salsa especial.

Los golosos encontrarán en las Natas un bocado parecido a los famosos Pasteles de Belem lisboetas.

Conviene recordar que, como en otras muchas cosas, los portugueses son bastante ingleses en el tema de horarios. La hora normal para comer es hacia la 1 de la tarde y no mucho más tarde de las 8 o las 9 para cenar. A pesar de todo, en las zonas más turísticas de la ciudad se puede encontrar algo abierto casi a cualquier hora.

 

De tiendas

El mejor lugar para el shopping es la Rua Santa Catarina y sus aledaños. También es una zona excelente para tomar el aperitivo o un buen café en alguna de las numerosas terrazas.

Merece una visita, en esta misma calle, el “Via Catarina Shopping”, un centro comercial en cuya parte superior las tiendas y restaurantes parecen casas típicas de la ciudad vieja.

En el Mercado do Bolhao se pueden encontrar muchos productos típicos y cerca de él esta uno de los mayores y más modernos centros comerciales del país, el Porto Gran Plaza. Por supuesto, también en Oporto está El Corte Inglés.

 

Hoteles

La oferta hotelera de Oporto es muy amplia, teniendo la posibilidad de alojarnos en hoteles de gran lujo, otros más modestos, modernos, antiguos, pensiones, albergues, apartamentos e incluso campings.

Si viajan con perro sepan que en Portugal suelen ser mejor tratados que en España, pudiendo entrar en casi todos los comercios y en muchos restaurantes. También hay una importante oferta hotelera para quienes viajan con su animal de compañía favorito.

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